Mark Patrick, director de contenido técnico, EMEA, Mouser Electronics nos explica cómo puede ayudarnos la tecnología espacial a transformar la agricultura y a conseguir la sostenibilidad en el entorno y en la producción de alimentos.
El constante aumento de la población mundial eleva la urgencia del problema de la seguridad alimentaria.
El aumento de la producción agrícola es fundamental, pero también un desafío, sobre todo teniendo en cuenta su carácter vulnerable ante factores como los eventos climáticos extremos, la deforestación, la escasez de recursos y la urbanización, la cual reduce aún más la mano de obra disponible.
Por desgracia, la agricultura contribuye a sus propios problemas, ya que entre el 19 y el 29 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de este sector.[1][footnoteRef:2]. Además, casi el 75 % de las personas en condiciones de pobreza habitan en zonas rurales y agrícolas, por lo que cada vez más gente intenta mudarse a entornos urbanos, lo que agrava el problema de la cantidad de trabajadores.
Es aquí donde entra la agricultura sostenible e inteligente: aumentar la rentabilidad de los cultivos mientras se reduce la necesidad de recursos y el impacto medioambiental. En todo el mundo, la agricultura está incorporando novedades como los sensores de suelo, la robótica o las automatizaciones, con tecnología de inteligencia artificial (IA) o aprendizaje automático (AA). Estas herramientas ofrecen un nivel de información incomparable, lo que permite a los agricultores tomar las medidas necesarias y poder ajustarse a futuros cambios.
La agricultura inteligente y regenerativa
En principio, la agricultura inteligente, la agricultura regenerativa y la resilvestración son conceptos fundamentales para afrontar los retos más acuciantes, como la degradación del suelo, la restauración medioambiental y la seguridad alimentaria.
Así, la agricultura inteligente incorpora tecnologías avanzadas, como las imágenes por satélite, la automatización y los sensores de suelo inalámbricos, y su objetivo es mejorar los métodos de explotación agrícola, aumentar la eficacia de los recursos y minimizar el impacto en el medio ambiente.
Se trata de métodos sencillamente fundamentales para el mundo en el que vivimos, ya que, en las últimas cuatro décadas, hemos perdido un tercio del terreno cultivable del planeta debido a la erosión (Imagen 1) o la contaminación.[2][footnoteRef:3] Además, según las Naciones Unidas, el 90 % de la superficie vegetal de la Tierra podría estar en peligro para 2050.[3][footnoteRef:4]
Sin embargo, la implementación de la agricultura sostenible e inteligente no es algo sencillo y hay que afrontar retos como el aumento en los costes agrícolas, las limitaciones en el acceso a los recursos y la necesidad de cambios globales en materia social, económica y normativa.